Se acaba de encontrar un celular con un
video de los segundos –o minutos, no sé– previos al avionazo de los Alpes.
Pienso que todos quieren verlo, somos morbosos por naturaleza. Pero me quedé
pensando en cómo, aun en ese histérico momento previo a la muerte, esa persona
se permitió sacar su celular y tomar video del mortal choque, sin importar que
ya no pudiera verlo –y compartirlo en su face–. ¿En serio alguien puede
anteponer su deseo por hacerse notar a su miedo a morir en instantes? Ésta es
una suposición mía que muy malpensado soy, pero no imagino otro fin para el
video.
Fuimos al acuario de Carlos Slim hace
pocos días. La gente se “arrejunta” en los estanques no para ver y apreciar los
especímenes exhibidos, están ahí para tomar foto y video de lo que deberían
ver, pero no, mejor retacar el teléfono con 10 fotografías de los mismos peces.
Por tanto, debes esperar a que esos 10 celulares dejen de tapar la visibilidad
para poder ver algo.
¿Será que la memoria es tan mala que
necesita forzosamente de esas fotos mal tomadas para recordar lo vivido? ¿Sabrán
algunos como se ven las cosas sin mediar la lente de un teléfono “inteligente”?
No sé qué me da ver cómo sacan la cámara por todo y para todo, lo entiendo en
algunas situaciones, pero no en la mayoría. O será tan sólo que soy una
amargado que no entiende como funciona este “lindo” mundo. Más probablemente
esto último.
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